Velázquez la citó en dirección, y le pidió mil y una disculpa por la censura, mientras trataba de explicarle por qué no podía publicar semejante queja hacia la institución, y hacia el director de pedagogía, disfrazada en los versos de un soneto, le terminó diciendo:
- Magui... no sabía que podías ser así. - esbozó Velázquez
- ¿Así como? - preguntó ella
- Tan...
- ¿Polémica?- se respondió Magui.
- Si... parecías tan tranquila.
Es que cuando a Magui se le mete algo en la cabeza, y cree que tiene razón, ...no hay quien le gane!!
Ese trimestre, fue el primero y último en que se usó la nota actitudinal en toda la secundaria, Magui había triunfado.
lunes, 7 de junio de 2010
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1 comentario:
La censura por escrito quizás nos alcance (quizás)
Pero la censura de nuestros pensamientos siguen volando en la plenitud de la total y absoluta libertad (amén...)
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