lunes, 7 de junio de 2010

Censura

Velázquez la citó en dirección, y le pidió mil y una disculpa por la censura, mientras trataba de explicarle por qué no podía publicar semejante queja hacia la institución, y hacia el director de pedagogía, disfrazada en los versos de un soneto, le terminó diciendo:

- Magui... no sabía que podías ser así. - esbozó Velázquez
- ¿Así como? - preguntó ella
- Tan...
- ¿Polémica?- se respondió Magui.
- Si... parecías tan tranquila.

Es que cuando a Magui se le mete algo en la cabeza, y cree que tiene razón, ...no hay quien le gane!!

Ese trimestre, fue el primero y último en que se usó la nota actitudinal en toda la secundaria, Magui había triunfado.

1 comentario:

Gastón dijo...

La censura por escrito quizás nos alcance (quizás)
Pero la censura de nuestros pensamientos siguen volando en la plenitud de la total y absoluta libertad (amén...)