lunes, 7 de septiembre de 2009

Cuando a Magui se le mete algo en la cabeza...

- ¿A vos te parece que pongan una nota actitudinal, a un paso de estar en la universidad? - le preguntó a su madre, indignada.
- Jaja...¿y eso?
- No sé, una de las ideas boludas del pedagogo, que no tiene otra cosa que hacer, yo no entiendo, te imaginás que en la facultad te revisen si tenés la carpeta completa y esas boludeces...- Magui se enojaba cada vez más, estaba hecha una fiera.
- Bueno Magui, pero...- trataba de intermediar su madre.
- Pero nada, nos tienen que preparar para hacer la nuestra y preocuparnos solos, porque eso es lo que vamos a tener que hacer el año que viene - seguía argumentando.
- Si bueno, la verdad que tenés razón
- Obvio que tengo razón, además que le pongan esta nota a los de 1ero todavía, a los de 2do vaya y pase...pero ¿a los de 5to?- seguía embalandose - Yo tengo que hacer algo.
- ¿Y qué vas a hacer?
- No sé, quiero quejarme de alguna forma, algo intelectual.

Magui buscó la forma, y la oportunidad, y ésta se presentó. Ella junto con otros chicos de 5to y el profesor de literatura, tenían una revista estudiantil La Tribuna, que se publicaba por trimestres en una página web. Era una de esas cosas que participaban los que tenían ganas, y se reunían periódicamente con el profesor en un aula vacía que había entre 5A y 5B...en horario de clase porsupuesto, y esto era quizá lo que más les interesaba a todos.

- ¡Ya sé! - dijo Magui exaltada - voy a hacer un soneto.
- ¿Un soneto?
- Si, como los de Sor Juana.
- Pero, ¿eso no es muy difícil? vas a tener que escribir en decasílabo, ...y tiene que rimar, ...y tiene un montón de reglas.
- Si, pero no me importa, son la forma más perfecta de escribir poemas.
- Ay...Magui, tenés cada idea, y a parte ¿qué vas a hacer con un soneto?
- Se lo mando al profe de literatura para que lo publique en la revista.

Pero las cosas no serían tan fáciles...

jueves, 3 de septiembre de 2009

Magui y la nota actitudinal

El licenciado en pedagogía del colegio entró en la clase de 5to año y esbozo la decisión que habían tomado de agregar en todos los trimestres y para todas las materias una nota "actitudinal", o vulgarmente podríamos decir que era una nota de concepto que agregarían los profesores de cada alumno.
Magui, desde el principio estuvo en desacuerdo...

lunes, 24 de agosto de 2009

Magui y Camila

El vale para almorzar en el colegio salía unos $5, pero Magui pensó que podía ahorrar un poco de dinero si iba a almorzar al Mc Donald´s de Plaza Barrientos, que quedaba a unas 3 cuadras, o al bodegón de al lado "lo de Tito" donde hacían unos sandwiches de milanesa increíbles, por solo $1. A Magui le daba un poco de vergüenza que la vieran en lugares como ese, asi que habitualmente esperaba a que se fueran todos para poder ir a comer.
Entre esas idas y venidas empezó a charlar más con Camila, una chica de ojos grandes celestes, pecas, morocha, y de estatura más bien baja, quien vivía a unas 8 cuadras del colegio, pero el Mc estaba en el camino asi que se acompañaban mutuamente.
Más adelante, cuando Camila no se iba a la casa, terminaban en el Mc Donald´s o en el Pizza Way, y entre charlas interminables fueron forjando cierta amistad.
Pero esto, sería solo en el almuerzo.

domingo, 16 de agosto de 2009

¿Quién es...?

Atrás de Magui se sentaba Agustín. No tardaron en hacerse amigos, quizá por la insistencia de Magui de darse vuelta y comentarle algo, porque ella siempre tenía algo para decir, y él estaba cerca.
Agustín era alto, gordito, un ser sumamente extraño, acuariano y nerd por naturaleza, y con esto me refiero a que estudiaba japonés para poder leer las tarjetas de los dibujitos Anime.

- Y Magui, ¿quien te parece el chico más feo del curso? - preguntó Agustín
- Ehh.. -
Vos, pero no puedo decirte eso, es muy cruel - pensó Magui
- Yo, ¿verdad Magui?
- No Agus, nada que ver, el más feo del curso me parece...- Magui miró a su alrededor -..Alejo.
- ¿Y vos Agustín? ¿quien te parece la chica más fea?
- Vos Magui - contestó Agustín sin anestesia.

Claro, esto fue en primer año, y a Magui el tiempo le haría justicia.

martes, 11 de agosto de 2009

Zapato volador

En 6to grado, creo, Magui y sus amigas inventaron un juego en el recreo, la idea era saber quien podía tirar el zapato más lejos, en el patio, para lo cual dejaban el zapato desatado para que estuviera flojo, y lanzaban su mejor patada voladora. El de Magui terminó en el techo del salón de música.
Cinco años después la historia se repetiría, aunque esta vez no sería el mismo zapato, y fue en un lugar cerrado, y trizó todo el vidrio del laboratorio de química, que no se rompió porque estaba sostenido por algún afiche de papel madera que había del otro lado.

domingo, 9 de agosto de 2009

Tuto..qué?

Carlos, el profesor de historia, un personaje serio, amable, pelado, y sobretodo buena gente, quien tenía sus propios métodos para tomar lecciones orales "al azar", le tocaría ese año y solo a veces dejar el antifaz de profesor y ponerse el de tutor de "PRIMERO A".

¿Qué es un tutor exactamente?
Bueno, podría decirse que es un especie de "padrino" del curso, con quien podían hablar en las "horas de tutoría", en especial, muy utilizadas para zafar de alguna clase, era muy conveniente, como un consejero, un psicólogo barato con quien charlar, problemas personales y hasta sesiones grupales.

En alguna de esas sesiones grupales de Tutoría, que tocaban en alguna hora de historia 1 vez al mes, o cuando al profesor se le diera la gana:
- ¿Y ustedes que piensan del curso y sus compañeros?
- Yo, la verdad pienso qué son todos unos falsos - tiró la bomba Germán, el quilombero de la clase.
- ¿Todos? - preguntó el profe, tratando de calmar las aguas.

A todo esto, Magui se preguntaba que habría hecho ella para que este personaje de alto ego y poca estatura creyera que ella era "falsa", sobre todo que en esa época que te dijeran eso era peor que te dijeran que eras puta.

- Bueno, supongo que no todos - meditó Germán en voz alta. - En realidad quise decir, todas las mujeres del curso son falsas.

Magui sintió que le clavaban una daga, y confusa trataba de revisar sus acciones pasadas.

- ¿Todas las mujeres?¿No hay ninguna que se salve? - seguía intermediando el tutor.
- Bueno...Amanda es buena mina. - soltó Germán, sacandola de la bolsa en que había metido a todo el género femenino de ese curso.
- Y...Magui no hace nada, no le hace mal a nadie - sentenció.

Magui abrió los ojos y por un momento se sintió aliviada.

- A ver, usted está diciendo que Magui ¿es una planta? - preguntó Carlos, el tutor.
- Si, supongo.

No sé cual era peor.

jueves, 6 de agosto de 2009

Señorita

A la tarde, después de la agotadora doble escolaridad, Magui volvió a su casa y terminó de dar su gran salto hacia la madurez, la casa estaba vacía asi que tuvo que arreglarselas sola, en eso llegó su hermano:
- ¡Hola Magui! hermanita, ¿como te fue en tu primer día en el colegio? - le dijo boludeandola un poco.
- Bien, Martín - contestó mientras se acercaba caminando por el pasillo para saludarlo.
- Y...¿fuiste a comprar pan para hacer las tostadas? - era todo lo que a él le preocupaba.
- No Martín, estuve muy ocupada haciendome señorita - contestó ella sobrandolo.
- ¿Qué? - Martín no tenía ni idea a lo que se refería - ¿tenés un flaco escondido en tu habitación?
- ¡No boludo me indispuse!...¿quien te pensás que soy?

Ese día Magui estaba entre confundida y contenta, se sentía mayor y orgullosa, sin saber claro todavía todo lo que aquello realmente significaba y los problemas que ocasionaría más adelante. Martín, en cambio, no sé que andaría pensando, se vé que las revistas porno le habrían consumido el cerebro, Magui era super tímida por esos días, y más con los hombres, sobretodo que venía de un primario en que eran solo mujeres.

martes, 4 de agosto de 2009

Magui conoce a Carla

El preceptor buscó en la lista los nombres de los chicos nuevos y les dijo que iban en "PRIMERO A". Magui buscó el aula y entró. Derepente se sintió acechada, como en la selva, por miles de cazadores, se sentó en el primer banco que encontro vacío y esperó.

En el recreo, Magui apenas bajó las escaleras se vió acorralada por un grupito de gente, una de las chicas empezó el interrogatorio:
- ¡Hola! Vos sos la nueva, ¿como te llamas?
- Si..eem..Magui
- ¡Ah! ¿y a que colegio ibas?
- Al St´Mary
- ¡Ah!...¡yo tenía una amiga que iba a ese colegio!
- Si...Mariana Gonzalez Contreras
- Si, ella
- Osea que vos sos...- dijo Magui
- Carla Amenábar
- Si, Marian me contó que jugaban juntas al hockey en el Club "Los Robles"
- Si... ¿y por qué te cambiaste? - preguntó Carla.
- ...porque, quería tener más religión. - respondió Magui.
Pésima respuesta, creo que fue peor que cualquiera de las verdaderas razones por las cuales ella había terminado en ese colegio de curas, pero en ese momento eso fue lo que se le ocurrió, no era muy cierto no, aunque su vida cambiaría bastante en este aspecto por ese colegio.

Este encuentro fue importante, no solo porque Carla era de alguna forma "líder" de su grupo, sino porque ella iniciaría así un especie de madrinazgo hacia Magui.

jueves, 23 de julio de 2009

Franco, ojitos celestes

Finalmente sonó el timbre, y todos se dispusieron a subir las escaleras, Magui siguió atrapada en el rebaño hasta el segundo piso donde estarían los de secundaria. No supo a que aula entrar, miró la primera y vió el cartelito en la puerta que ostentaba "PRIMERO A", caminó un poco más y miró al otro lado del pasillo, "CUARTO B", en la siguiente puerta vió a un preceptor y una cara conocida, se acercó y balbuceó:

- Hola, vos sos Franco ¿no? - le dijo a la cara conocida, mientras el preceptor buscaba en la lista el nombre de Franco.
- Siee - Replico Franco entre confundido e intrigado.
- Ah! yo soy Magui, seguro no te acordás de mi, pero yo dí el examen de ingreso con vos.

Magui estaba muy emocionada, había soñado con él todo el verano, y creía que nunca lo iba a volver a ver. Así es, se enamoró cuando lo vío por primera vez, 3 meses antes, y se apenó cuando él no aprobó el examen de inglés, pero... ahora estaba aqui.

Magui no lo sabía aún, pero había cometido su primer error.

Primer día en la secundaria

El despertador sonó a las 6 y media, por primera vez en su mesita de luz. Magui se levantó, y refregandose los ojos que todavía no podía abrir bien del sueño, se dirijió a la cocina y se hizo un café, lo calentó en el microondas y luego lo llevó a su habitación, prendió la tele y vió "Sabrina, la bruja adolescente", que en esa época la pasaban en ese horario matutino.
Cuando casi estaba terminando la serie, Magui junto fuerza para despegarse de la almohada, y se vistió, se puso su uniforme gris, y anudó su corbata bordó, nunca entenderé a quien se le habrá ocurrido que las mujeres teníamos que usar corbata.
Era la primera vez que Magui haría todo esto sola, tenía 12 años y su madre al fin había decidido dejarla ser, no como había sido antes, que la cuidaba como cristal. No, su madre ya no la despertaría con el desayuno en la cama, ni nada de eso.
Magui lo recuerda como un gran salto de la niñez a la adolescencia, un salto de libertad. Y como no, tomaría un colectivo sola por primera vez en su vida. Si, la madre de Magui siempre me resultó un ser extraño, recuerdo que Magui me contaba que viajaba sola en avión, pero sé que no la dejaba caminar 3 cuadras sola.
Disculpen si me voy por las ramas, tengo mucho para contar, y no sé como hacer para resumirlo.
En fin, Magui esperó el colectivo de la línea 118, y se decidió a emprender su viaje que duraría al menos 20 minutos, ella seguramente pensó en como sería su nueva escuela, y la nueva gente que conocería, como se llevaría, y todas esas cosas que todos pensamos cuando emprendemos algo nuevo.
Cuando estuvo cerca de llegar a su parada, y vió el enorme cartel verde asomandose en la esquina una sensación rara llenó su estómago, sintió que el corazón palpitaba cada vez más fuerte y que pedía permiso para salir por su pecho, juntó coraje y se bajó del colectivo, caminó la cuadra y media que la separaba de aquel gigante colegio.
Al doblar la esquina, empezó a ver mucha gente y a medida que se iba acercando su corazón latía con más fuerza. Finalmente, vió la puerta corrediza marrón, estilo garage, y se dispuso entrar.
Apenas entró vió 2 patios, uno techado donde se aglomeraban los estudiantes formando grupos en forma de círculos, y otro patio descubierto que habrá sido el doble de grande, pero que para Magui, acostumbrada a su pequeña escuela que funcionaba con las instalaciones de una casona antigüa, le pareció interminable.
Vió las escaleras, y atravesó el primer patio dispuesta a subirlas, no tenía idea de lo que hacía, luego aprendería que debía subir al toque de timbre.
Pero cuando llegó a la columna, una chica salió de atrás de ella y la increpó:
- ¿Sos nueva?
- Si - dijo Magui muy tímidamente.
- Ah..y ¿a que año entraste?
- A primero
- ¡Ay! ¡qué casualidad! yo también voy a primero. Me llamo Guadalupe y ¿vos?
- Magui
- ¡Qué lindo nombre! y...¿ya sabés en que división te pusieron?- seguía interrogando Guadalupe.
- No, no sé - Magui tenía miedo de este ser extraño que la interrogaba cual FBI, pero sin embargo hizo un esfuerzo por socializar.
- Y vos, ¿en qué división estás? - devolviendo las preguntas.
- En el "B"
- Me dijeron qué capaz me ponían en el "C" como mi hermano - soltó Magui, retomando su confianza.
- Ah...ahí están todos los tragas.

Riiiiiiiiiiiiinnnnnnnn

jueves, 16 de julio de 2009

Delivery de borrachos

Ánibal tiene 24 años, y es un chico morrudito, tranquilo y callado, de los que siempre se portan bien en clase y que a todo el mundo le cae bien, pero no es el centro de atención, solamente está ahí. Por su oscura y abultada cabellera, se ha conseguido el apodo de "el Diego", o en su defecto el 10.

Hace poco en una noche lluviosa, Magui había ido a un asado con sus amigos de la facultad, era el festejo que habían programado por terminar de rendir los parciales, fue una noche tranquila de costilla, alcohol y reggaeton. Más tarde todos se subieron a la camioneta blanca de Ánibal, de esas camionetas que se usan para hacer el delivery del supermercado COTO, se dirijían a un boliche de mala muerte en Cabildo.


Los chicos estaban borrachos y cantaban y saltaban en la camioneta, tanto que ésta se movía de lado a lado, Magui iba adelante, sentada al lado de Ánibal que manejaba, y atrás, sin asientos iban el resto de los chicos, pronto el alcohol los desinhibiría, y Magui recibiría comentarios sobre Ánibal y ella, pero a ninguno de los 2 pareció importarle, pero yo sé que ella se moría de vergüenza.

miércoles, 15 de julio de 2009

Ésta es la historia

Magui, el personaje principal de ésta historia, hoy en día tiene 21 años, la misma edad que yo, y es una chica muy madura y alegre.
Cuando apenas la conocí me resultó tímida y cerrada, no fue hasta años después, cuando ella me tomó más confianza, que descubrí que era muy cariñosa, hasta el punto de sentirse mal si le rechazaba un abrazo.

Hoy está terminando la carrera de contador público, y hoy se podría decir que Magui es feliz, o por lo menos así lo veo yo, quizá sea por la ignorancia que tiene Magui de lo que se le está por venir.