jueves, 23 de julio de 2009

Primer día en la secundaria

El despertador sonó a las 6 y media, por primera vez en su mesita de luz. Magui se levantó, y refregandose los ojos que todavía no podía abrir bien del sueño, se dirijió a la cocina y se hizo un café, lo calentó en el microondas y luego lo llevó a su habitación, prendió la tele y vió "Sabrina, la bruja adolescente", que en esa época la pasaban en ese horario matutino.
Cuando casi estaba terminando la serie, Magui junto fuerza para despegarse de la almohada, y se vistió, se puso su uniforme gris, y anudó su corbata bordó, nunca entenderé a quien se le habrá ocurrido que las mujeres teníamos que usar corbata.
Era la primera vez que Magui haría todo esto sola, tenía 12 años y su madre al fin había decidido dejarla ser, no como había sido antes, que la cuidaba como cristal. No, su madre ya no la despertaría con el desayuno en la cama, ni nada de eso.
Magui lo recuerda como un gran salto de la niñez a la adolescencia, un salto de libertad. Y como no, tomaría un colectivo sola por primera vez en su vida. Si, la madre de Magui siempre me resultó un ser extraño, recuerdo que Magui me contaba que viajaba sola en avión, pero sé que no la dejaba caminar 3 cuadras sola.
Disculpen si me voy por las ramas, tengo mucho para contar, y no sé como hacer para resumirlo.
En fin, Magui esperó el colectivo de la línea 118, y se decidió a emprender su viaje que duraría al menos 20 minutos, ella seguramente pensó en como sería su nueva escuela, y la nueva gente que conocería, como se llevaría, y todas esas cosas que todos pensamos cuando emprendemos algo nuevo.
Cuando estuvo cerca de llegar a su parada, y vió el enorme cartel verde asomandose en la esquina una sensación rara llenó su estómago, sintió que el corazón palpitaba cada vez más fuerte y que pedía permiso para salir por su pecho, juntó coraje y se bajó del colectivo, caminó la cuadra y media que la separaba de aquel gigante colegio.
Al doblar la esquina, empezó a ver mucha gente y a medida que se iba acercando su corazón latía con más fuerza. Finalmente, vió la puerta corrediza marrón, estilo garage, y se dispuso entrar.
Apenas entró vió 2 patios, uno techado donde se aglomeraban los estudiantes formando grupos en forma de círculos, y otro patio descubierto que habrá sido el doble de grande, pero que para Magui, acostumbrada a su pequeña escuela que funcionaba con las instalaciones de una casona antigüa, le pareció interminable.
Vió las escaleras, y atravesó el primer patio dispuesta a subirlas, no tenía idea de lo que hacía, luego aprendería que debía subir al toque de timbre.
Pero cuando llegó a la columna, una chica salió de atrás de ella y la increpó:
- ¿Sos nueva?
- Si - dijo Magui muy tímidamente.
- Ah..y ¿a que año entraste?
- A primero
- ¡Ay! ¡qué casualidad! yo también voy a primero. Me llamo Guadalupe y ¿vos?
- Magui
- ¡Qué lindo nombre! y...¿ya sabés en que división te pusieron?- seguía interrogando Guadalupe.
- No, no sé - Magui tenía miedo de este ser extraño que la interrogaba cual FBI, pero sin embargo hizo un esfuerzo por socializar.
- Y vos, ¿en qué división estás? - devolviendo las preguntas.
- En el "B"
- Me dijeron qué capaz me ponían en el "C" como mi hermano - soltó Magui, retomando su confianza.
- Ah...ahí están todos los tragas.

Riiiiiiiiiiiiinnnnnnnn

2 comentarios:

La Poética dijo...

buen blog, me dio un poco de fiaca leer tanto, pero está bueno.
Ahora solo quiero saber como sigue.
La Poética

Blondie dijo...

Poe: gracias!
ya voy a tener tiempo de seguir la historia. Te espero!